jueves, 26 de febrero de 2009

Ecología y consumo

No somos los mismos que hace un par de centurias. Actualmente vivimos la dependencia a los productos industrializados, y en muchos aspectos podríamos hablar de la adicción al consumo como una patología que trasciende el daño personal para constituirse en el motor de la degradación del medioambiente. El uso racional de lo que el "progreso" nos ha ido brindando es un camino poco transitado. Y aplicar cambios a nuestra vida requiere de una preparación progresiva, dando tiempo al afianzamiento de nuevos hábitos que mejores nuestra calidad de vida. La ecología, como palabra, ha trascendido el campo de la ciencia y de las creencias para instalarse como una tendencia, a veces caótica, hacia lo natural. Esta tendencia o impulso ecológico requiere tanto de la colaboración de la ciencia como del aporte de los pensadores, artistas, creadores, productores y gente común, todos en definitiva consumidores con margenes muy limitados de elección. La conciencia del consumidor respecto de lo que sus conductas cotidianas significan para la instalación de productos ecológicos en las bocas de expendio, desde pequeños locales, negocios familiares hasta cadenas de supermercados. Cuando decidimos comprar un producto rotulado como ecológico estamos sosteniendo a quien lo produce. Somos los consumidores quienes podemos pasar de ser rehenes de grandes marcas contaminantes a solidarios pilares de la producción ecológica. Es nuestra tarea solicitar aquellos productos que no nos dañenni a nosotros nial medioambiente, es parte de nuestro aprendizaje comprender que no podemos quedarnos en sostener nuestra defensa de la ecología solamente luciendo slogans en nuestras remeras. La conduca ecológica es, ante todo solidariamente responsable y su práctica implica valores éticos impostergables.

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